Hace algunas semanas, se celebró en Quito, una especie de feria del libro impulsada por una librería, oportunidad a aprovechar para conseguir buenos ejemplares. Fueron varios los que me aseguré. Vargas Llosa, Ingenieros, Séneca, Krauze, Pérez-Reverte, fueron algunos de los autores que seleccioné. De éste último, compré más de una obra.
Quiero comentar hoy una de ellas, la que le da el nombre a
esta reseña: Un asunto de Honor.
Se trata de una novela que fue llevada al cine.
Leer a Pérez-Reverte, no solamente es un acto de regocijo intelectual,
también es asistir a una clase de escritura. En varias de sus obras, el lector
puede aprender el oficio de redactar líneas excelentes.
Y la obra que nos ocupa no es la excepción.
A lo largo de las páginas, el autor va narrando la historia, y al mismo tiempo, dando detalles de cómo se fue planeando el desarrollo del guion para la película. Cuenta las idas y vueltas entre guionistas, directores y la relación con el escritor que da origen a la historia, que luego será llevada a la pantalla grande.
La historia va atrapando -como todas las de este autor- y la
siguiente escena, es difícil de imaginar.
El desarrollo de la trama, se da entre burdeles y
carreteras.
Se pone en juego un sistema de valores que podríamos definir
propio de ese mundo que corre por el terreno de la ilegalidad, los vicios y la
degradación humana.
Con espacio para las ironías y el humor, Pérez-Reverte hace
más tierno un drama que busca, en distintos intentos, tener un final feliz.
El final, justamente, queda abierto a varias especulaciones.
Para conocerlo, hay que mirar la película, que se conoció
con el nombre de Cachito.
También nos muestra escenas del detrás de cámaras, resaltando
lo que significó un actor tan destacado como Sancho Gracia, tan querido por los
uruguayos.

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