El 26 de enero de
2024, recibíamos la infausta y sorpresiva noticia de la muerte de Ricardo
Pascale. Para quienes tuvimos el honor de haber compartido distintas instancias
con él, nos deja un recuerdo permanente de sabiduría, conocimientos y afecto.
Siempre me pareció un renacentista. Su actividad académica, política y cultural
me resultaron estimulantes. Cuando pude conocerlo personalmente y empezamos a
compartir círculos como la militancia política, el Rotary Club de Montevideo y
el Grupo de Amistad Uruguay-Italia, pude agregar a aquella percepción, su
calidad humana. Siempre atento, cordial, de buen humor, con comentarios
inspiradores y positivos.
A un año de su
partida, el recuerdo y la relectura de su última obra que es un alegato para el
futuro del Uruguay, es una forma de homenajearlo e insistir para que se siga
leyendo y aplicando su consejo.
El Uruguay que
nos debemos, describe la
necesidad que tiene el país de mejorar sus tasas de crecimiento económico,
razón vital para su desarrollo.
Toma como
ejemplos comparativos algunos países como Italia, Japón, Finlandia, España,
Alemania, quienes a mediados del siglo XX en términos per cápita, tenían un
crecimiento económico menor que el uruguayo. Sin embargo, en este siglo XXI la
situación es a la inversa.
Pascale describe
en esta obra el concepto del síndrome de la trampa del ingreso medio, en la que
se encuentra Uruguay. Pone un fuerte énfasis en planificar el futuro, por
construir una visión a mediano y largo plazo, de acuerdos amplios que no queden
en la coyuntura electoral.
Para ello propone
algunos conceptos que no pueden faltar en esa estrategia, la innovación, la
productividad, la educación, la capacitación permanente y las instituciones. Siendo
las políticas públicas el motor que las impulse, con estímulos y generación de
oportunidades. Un Estado facilitador de las iniciativas de desarrollo.
Esos ingredientes
son indispensables en su concepción, para aumentar el promedio de crecimiento
anual, que ha tenido el país en las últimas décadas.
Reconoce que no
es sencillo, pero fiel a su estilo, valora que Uruguay tiene las condiciones
para lograrlo, transformando entonces ese desafío en una oportunidad.
Ricardo, el
“Tano” Pascale como cariñosamente le llamábamos, nos dejó en pleno desarrollo
divulgativo de éste libro, el mismo día que murió tenía una presentación de las
tantas que venía realizando. Como si fuese una de las formas que moldeó con sus
manos, el círculo de la vida siempre presente, no fue en vano que este legado
editorial se lo dedicara a sus abuelos y a sus nietos. Comenzó para todos su
legado.
El Uruguay que nos debemos. Convergencia y sociedad del conocimiento. Ricardo Pascale, Planeta, Uruguay, 2023. 442 páginas.

